Se puede reconocer una crisis de angustia cuando aparece de manera súbita un miedo pavoroso o temor, acompañado de malestar de carácter intenso en ausencia de peligro real. Además se manifiestan:
1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
2. Sudoración.
3. Temblores o sacudidas.
4. Sensación de ahogo o falta de aliento.
5. Sensación de atragantarse.
6. Opresión o malestar torácico.
7. Náuseas o molestias abdominales.
8. Inestabilidad, mareo o desmayo.
9. Sensación de irrealidad o despersonalización (estar separado de uno mismo).
10. Miedo a perder la razón.
11. Miedo a morir.
12. Sensación de entumecimiento u hormigueo.
13. Escalofríos o sofocaciones.
Las consecuencias de sentimiento de incapacidad, autolimitación y sufrimiento de los pacientes y de sus familiares son fácilmente detectables, por lo que las personas afectadas deben acudir inmediatamente al médico para que con tratamiento psicoterapéutico y psicofarmacológico mejoren su condición.