El virus se transmite por exposición a la sangre de una persona infectada, por pinchazos con agujas contaminadas, en la realización de tatuajes y perforaciones o cuando una madre infectada le transmite a su hijo. La vía sexual es una forma de transmisión poco frecuente. El virus no se transmite mediante la leche materna, los alimentos, el agua, o al dar la mano o socializar con gente infectada.
La enfermedad tiene un periodo de incubación que dura entre 2 semanas y 6 meses. Después de la infección inicial, el 80% de las personas no manifiestan síntomas. Se puede presentar un cuadro agudo leve con fiebre, fatiga, falta de apetito, náuseas, vómitos, dolores abdominales, coloración oscura de la orina, heces fecales de color grisáceo, dolores en las articulaciones y coloración amarilla de la piel y los ojos.
Entre el 75% y el 85 % de las personas que sufren de la infección inicial, progresan a una forma de infección crónica, pero sólo el 30% sufrirán de cirrosis y/o cáncer de hígado en el futuro.
El diagnostico inicial, dado por las pruebas ELISA para Hepatitis C y PCR, puede evitar problemas de salud derivados de la infección y previene la transmisión a los familiares y otros contactos íntimos.
Se recomienda la realización de pruebas a aquellos que pueden tener riesgo de infectarse, como personas sometidas a transfusiones sanguíneas, adictos a drogas intravenosas, pacientes en hemodiálisis, personal de salud, infectados de VIH, enfermos de hígado o con alteración de las enzimas hepáticas y recién nacidos de mujeres infectadas.
Aun no existen vacunas para prevenir la enfermedad, por lo que se debe tomar en cuenta estas 6 medidas de prevención:
1. Evite inyecciones innecesarias.
2. Evite el uso innecesario de sangre.
3. Maneje adecuadamente residuos como agujas, etc.
4. No se inyecte drogas.
5. Use preservativos cuando tenga relaciones sexuales.
6. Evite los tatuajes, perforaciones y la acupuntura con material contaminado.
Si tiene Hepatitis C busque atención médica especializada para determinar el riesgo de infección y progresión a una enfermedad crónica, además de evaluar si es candidato a algún tipo de tratamiento específico.