El glaucoma puede ser causado por daño primario de la circulación del humor acuoso, que es el líquido encargado de mantener la presión normal del ojo, o secundario a enfermedades inflamatorias, sistémicas, traumáticas o por ciertos medicamentos. Además existen factores de riesgo de desarrollo de la enfermedad como presión intraocular elevada, edad avanzada, familiares con glaucoma, raza afroecuatoriana y miopía alta.
Por lo general el paciente con glaucoma no presenta síntomas hasta que el daño del nervio óptico es avanzado. Cuando el glaucoma es de presentación aguda el paciente presenta dolor intenso por el aumento súbito de la presión intraocular, ojo rojo , baja visión, dolor de cabeza , náuseas y en ciertos casos vómito.
Como consecuencia del daño del nervio óptico el paciente presenta baja visión periférica que es casi imperceptible al inicio. Y si el daño de las células del nervio óptico avanza puede llegar a la ceguera irreversible.
Control de la enfermedad
Si bien es cierto el glaucoma no tiene cura, el daño del nervio óptico se puede controlar con gotas oftálmicas hipotensoras, que mantienen la presión ocular dentro de los parámetros normales, de aquí la importancia de realizar el diagnóstico temprano y el tratamiento eficaz.
Recomendaciones preventivas
Se recomienda hacer el chequeo oftalmológico y fondo de ojo a partir de los 40 años y si tiene familiares con glaucoma realizarlo lo más tempranamente posible independientemente de la edad.
La única manera de diagnosticar glaucoma es realizando un examen de fondo de ojo de tal manera que si el nervio óptico presenta signos de sospecha de glaucoma podremos realizar exámenes especializados para diagnosticar y brindar un tratamiento a tiempo.
No permita que el glaucoma le robe su visión. Consulte a su oftalmólogo a tiempo.