En la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, se presenta un daño interno, que afecta directamente a las células cerebrales, impidiéndoles funcionar y, finalmente, produciendo la muerte de éstas. En el caso de un daño externo, se da por falta de oxígeno en el cerebro, lo que provoca una condición conocida como demencia vascular.
Entre los síntomas de la demencia se encuentran la pérdida de memoria a corto plazo, inicialmente; los problemas de orientación que hacen que el individuo se pierda con facilidad u olvide donde se encuentra; la dificultad para planificar, realizar ciertas tareas como vestirse, hablar hacer cálculos; y, el cambio del carácter o del comportamiento.
Llegado cierto momento, las alteraciones de la persona con demencia son tan serias que afectan su vida personal y laboral. Con el progreso de este síndrome el paciente se vuelve más dependiente de los demás para sus actividades diarias.
Los síntomas de la demencia -y más específicamente los del Alzheimer- pueden ser tratados hoy en día con medicación. En el caso de la demencia vascular, parte importante del tratamiento consiste en prevenir nuevos accidentes cerebrovasculares.
No hay una manera conocida de prevenir la demencia. Sin embargo, hay 5 recomendaciones que usted puede tomar en cuenta para reducir su riesgo de desarrollarla, mejorar su función cognitiva, o hacer más lento el declive cognitivo. Estas medidas incluyen:
- Mantener comportamientos saludables para el corazón
- Ejercitarse
- Mantener una dieta saludable
- Practicar actividades mentales
- Socializar