La artritis reumatoide es una enfermedad crónica de causa desconocida en la que se inflaman las articulaciones produciendo dolor, deformidad y dificultad para el movimiento; aunque también puede afectar otras partes del cuerpo, y que si no es tratada a tiempo produce destrucción articular, discapacidad física y alteración de la calidad de vida.

Se presenta con mayor frecuencia entre los 20 y 50 años; afectando hasta el 1% de la población general. Es más frecuente en mujeres, pero también afecta a varones. Asimismo, una forma muy similar puede afectar a los niños.

No se sabe al momento cual es la causa de ésta enfermedad, pero es más frecuente en personas con una especial predisposición genética; además de existir un mal funcionamiento del sistema inmune con alteración de nuestras defensas y atacando a nuestras propias articulaciones.

Se han estudiado agentes infecciosos y se la ha relacionado con el cigarrillo y la inflamación de las encías por lo que se aconseja evitar el tabaco y realizar una correcta higiene bucal.

El clima y la humedad no tienen nada que ver con el desencadenamiento o mantenimiento de la artritis reumatoide. Sin embargo, es cierto que algunos cambios climáticos, hacen que cualquier articulación dañada por ésta o por otra enfermedad sea más dolorosa.

La inflamación de las articulaciones produce dolor (más frecuente) e hinchazón. Las articulaciones que se inflaman con más frecuencia son las muñecas, las articulaciones de los dedos de las manos y de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas y los tobillos.

Por las mañanas puede haber dificultad para el inicio de los movimientos (rigidez matutina) de duración variable, y que puede llegar a ser incluso de horas.

La inflamación persistente puede acabar dañando los huesos, ligamentos y tendones que hay alrededor cuya consecuencia será la deformidad progresiva de las articulaciones lo que puede llevar a un cierto grado de discapacidad para algunas tareas de la vida diaria y cansancio fácil.

Para saber si mis pacientes padecen de artritis reumatoide, valoro los síntomas que he señalado previamente y realizo una exploración de las articulaciones para comprobar si están o no hinchadas, además de completar la evaluación con estudios de sangre y radiografías y/o ecografía. Por ello, es importante la consulta inmediata al reumatólogo ante la presencia de dolor, rigidez y/o hinchazón articular para que la enfermedad sea enfrentada a tiempo.

La artritis reumatoide no tiene en el momento actual un tratamiento curativo, lo que no significa que no exista tratamiento. Es más, van apareciendo nuevos medicamentos que permiten el control de la enfermedad en un porcentaje cada vez más elevado.

A todos mis pacientes les prescribo medicinas específicas para así poder frenar el avance de la enfermedad y evitar la aparición de deformaciones y de discapacidad. La colaboración entre el enfermo y el médico es fundamental para el control de la artritis reumatoide.

Como toda enfermedad crónica es importante conocerla y aprender a convivir con ella tanto usted como sus seres cercanos. Es necesario informarse y si bien otros pacientes o internet pueden hacerlo, la mejor y más certera información la obtendrá de su reumatólogo.